Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Pedro 3:7-14 verso por verso
Pero por la misma palabra, los cielos y la tierra que ahora existen están reservados para el fuego; guardados hasta el día del juicio y de la destrucción de los hombres impíos.
Pero, amados, una cosa no pasen por alto: que delante del Señor un día es como mil años y mil años como un día.
El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; más bien, es paciente para con ustedes porque no quiere que nadie se pierda sino que todos procedan al arrepentimiento.
Pero el día del Señor vendrá como ladrón. Entonces los cielos pasarán con grande estruendo; los elementos, ardiendo, serán deshechos; y la tierra y las obras que están en ella serán consumidas.
Ya que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡qué clase de personas deben ser ustedes en conducta santa y piadosa,
aguardando y apresurándose para la venida del día de Dios! Por causa de ese día los cielos, siendo encendidos, serán deshechos; y los elementos, al ser abrasados, serán fundidos.
Según las promesas de Dios esperamos cielos nuevos y tierra nueva en los cuales mora la justicia.
Por tanto, oh amados, estando a la espera de estas cosas, procuren con empeño ser hallados en paz por él, sin mancha e irreprensibles.