Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Reyes 17:7-17 verso por verso
Esto aconteció porque los hijos de Israel pecaron contra el SEÑOR su Dios, que los había sacado de la tierra de Egipto, del poder del faraón, rey de Egipto, y porque veneraron a otros dioses.
También anduvieron según las prácticas de las naciones que el SEÑOR había echado de delante de los hijos de Israel, y en las que establecieron los reyes de Israel.
Los hijos de Israel hicieron secretamente cosas no rectas contra el SEÑOR su Dios; se edificaron lugares altos en todas sus ciudades, desde las torres de los centinelas hasta las ciudades fortificadas.
Se erigieron piedras rituales y árboles rituales de Asera sobre toda colina alta y debajo de todo árbol frondoso.
Quemaron allí incienso en todos los lugares altos, así como las naciones que el SEÑOR había desterrado de delante de ellos. Hicieron cosas malas provocando a ira al SEÑOR,
pues rindieron culto a los ídolos, acerca de los cuales el SEÑOR les había dicho: “Ustedes no harán tal cosa”.
El SEÑOR advertía a Israel y a Judá por medio de todos los profetas y de todos los videntes, diciendo: “Vuélvanse de sus malos caminos y guarden mis mandamientos y mis estatutos, conforme a toda la ley que mandé a sus padres y que les envié por medio de mis siervos los profetas”.
Pero ellos no obedecieron, sino que endurecieron su cerviz, como la cerviz de sus padres, los cuales no creyeron en el SEÑOR su Dios.
También desecharon sus leyes y el pacto que él había hecho con sus padres, y sus amonestaciones con que los había amonestado. Fueron tras la vanidad y se hicieron vanos. Imitaban a las naciones que estaban a su alrededor, de las cuales el SEÑOR les había mandado no actuar como ellas.
Abandonaron todos los mandamientos del SEÑOR su Dios, se hicieron dos becerros de fundición y un árbol ritual de Asera, se postraron ante todo el ejército de los cielos y sirvieron a Baal.
Hicieron pasar por fuego a sus hijos y a sus hijas, practicaron los encantamientos y las adivinaciones, y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR, provocándolo a ira.