Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Reyes 22:3-8 verso por verso
Sucedió que en el año dieciocho del rey Josías el rey envió a Safán hijo de Azalías, hijo del escriba Mesulam, a la casa del SEÑOR, diciendo:
— Ve al sumo sacerdote Hilquías y dile que vacíe el dinero que ha sido traído a la casa del SEÑOR y que los guardias de la puerta han recogido del pueblo.
Que lo entreguen en manos de los que hacen la obra, los que están encargados de la casa del SEÑOR, para que lo entreguen a los que hacen la obra en la casa del SEÑOR, con el propósito de reparar las grietas de la casa
(es decir, a los carpinteros, a los constructores y a los albañiles), a fin de comprar madera y piedra labrada para reparar la casa.
Pero que no se les pida cuenta del dinero cuyo manejo se les confía, porque ellos proceden con fidelidad.
Entonces el sumo sacerdote Hilquías dijo al escriba Safán: — He hallado el libro de la Ley en la casa del SEÑOR. E Hilquías entregó el libro a Safán, y este lo leyó.