• 2 Reyes 4:9

    Entonces ella dijo a su marido: — He aquí, yo sé que este hombre que siempre pasa por nuestra casa es un santo hombre de Dios.

  • 2 Reyes 4:10

    Hagamos un pequeño cuarto en la azotea, y pongamos allí una cama, una mesa, una silla y una lámpara para él, a fin de que cuando venga a nosotros, pueda quedarse allí.

  • 2 Reyes 4:11

    Aconteció que cierto día él llegó por allí, subió al cuarto y se acostó allí.

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