Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Reyes 4:9-11 verso por verso
Entonces ella dijo a su marido: — He aquí, yo sé que este hombre que siempre pasa por nuestra casa es un santo hombre de Dios.
Hagamos un pequeño cuarto en la azotea, y pongamos allí una cama, una mesa, una silla y una lámpara para él, a fin de que cuando venga a nosotros, pueda quedarse allí.
Aconteció que cierto día él llegó por allí, subió al cuarto y se acostó allí.