Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Reyes 6:1-13 verso por verso
Los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: — He aquí que el lugar en que habitamos contigo es demasiado estrecho para nosotros.
Permite que vayamos al Jordán, que tomemos de allí cada uno un tronco y que nos hagamos allí un lugar donde podamos habitar. Él dijo: — Vayan.
Luego uno dijo: — Por favor, dígnate venir con tus siervos. Y él respondió: — Yo iré.
Entonces fue con ellos; y cuando llegaron al Jordán, cortaron los árboles.
Pero sucedió que cuando uno de ellos estaba derribando un tronco, se le cayó el hierro del hacha al agua, y dio voces diciendo: — ¡Ay, señor mío! ¡Era prestada!
El hombre de Dios preguntó: — ¿Dónde cayó? Le mostró el lugar. Y él cortó un palo, lo echó allí e hizo flotar el hierro.
Entonces dijo: — Tómalo. Y él extendió la mano y lo tomó.
El rey de Siria estaba en guerra con Israel, y tomó consejo con sus servidores, diciendo: — En tal y tal lugar estará mi campamento.
Pero el hombre de Dios mandó a decir al rey de Israel: “Guárdate de pasar por tal lugar, porque los sirios van a descender allí”.
Y el rey de Israel enviaba gente al lugar que el hombre de Dios le indicaba y advertía, de modo que tomaba precauciones allí, no una ni dos veces.
Entonces el corazón del rey de Siria se turbó por esto, y llamando a sus servidores les preguntó: — ¿No me declararán ustedes quién de los nuestros está de parte del rey de Israel?
Entonces respondió uno de sus servidores: — Ninguno, oh mi señor el rey; sino que el profeta Eliseo, que está en Israel, le declara al rey de Israel las palabras que hablas en tu dormitorio.
Entonces él dijo: — Vayan, miren dónde está, y yo enviaré a capturarlo. Le informaron diciendo: — He aquí, está en Dotán.