Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Reyes 6:14-23 verso por verso
Y el rey envió allá gente de a caballo, carros y un gran ejército, los cuales llegaron de noche y rodearon la ciudad.
Cuando el que servía al hombre de Dios madrugó para partir y salió, he aquí que un ejército tenía cercada la ciudad con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: — ¡Ay, señor mío! ¿Qué haremos?
Él le respondió: — No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos.
Entonces Eliseo oró diciendo: — Te ruego, oh SEÑOR, que abras sus ojos para que vea. El SEÑOR abrió los ojos del criado, y este miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo y carros de fuego, alrededor de Eliseo.
Y cuando los sirios descendieron hacia él, Eliseo oró al SEÑOR y dijo: — Te ruego que hieras a esta gente con ceguera. Y los hirió con ceguera, conforme a la palabra de Eliseo.
Luego Eliseo les dijo: — Este no es el camino ni esta es la ciudad. Síganme, y yo los guiaré a donde está el hombre que buscan. Entonces los guió a Samaria.
Y sucedió que cuando llegaron a Samaria, Eliseo dijo: — Oh SEÑOR, abre los ojos de estos para que vean. El SEÑOR abrió sus ojos, y miraron; y he aquí que se hallaban en medio de Samaria.
Cuando el rey de Israel los vio, preguntó a Eliseo: — ¿Los mato, padre mío? ¿Los mato?
Él le respondió: — No los mates. ¿Matarías a los que tomas cautivos con tu espada y con tu arco? Pon delante de ellos pan y agua para que coman y beban, y se vuelvan a su señor.
Entonces les hizo un gran banquete. Y cuando habían comido y bebido, los dejó ir; y se volvieron a su señor. Y las bandas armadas de Siria no volvieron a hacer incursiones en la tierra de Israel.