Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Samuel 12:15-31 verso por verso
Después Natán regresó a su casa.
David rogó a Dios por el niño. David ayunó, entró y pasó la noche acostado en el suelo.
Los ancianos de su casa fueron a él para hacer que se levantara del suelo, pero él no quiso ni tampoco tomó alimentos con ellos.
Sucedió que al séptimo día murió el niño. Y los siervos de David temían informarle que el niño había muerto, pues pensaban así: “He aquí que cuando el niño todavía vivía, le hablábamos, y él no quería escuchar nuestra voz. ¿Cómo vamos a decirle que el niño ha muerto? ¡Puede hacer algo malo!”.
Pero David, al ver que sus siervos susurraban entre sí, entendió que el niño había muerto. Entonces David preguntó a sus siervos: — ¿Ha muerto el niño? Ellos respondieron: — Ha muerto.
Entonces David se levantó del suelo, se lavó, se ungió, se cambió de ropa, entró en la casa del SEÑOR y adoró. Después fue a su casa y pidió alimentos. Le sirvieron comida, y comió.
Sus siervos le preguntaron: — ¿Qué es esto que has hecho? Mientras el niño vivía, ayunabas y llorabas; pero ahora que ha muerto, te levantas y comes.
Él respondió: — Mientras el niño vivía, yo ayunaba y lloraba pensando: “Quién sabe si el SEÑOR tendrá compasión de mí, y el niño vivirá”.
Pero ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerlo volver? ¡Yo iré a él, pero él no volverá a mí!
David consoló a Betsabé su mujer. Y fue a ella y se acostó con ella. Ella dio a luz un hijo, y llamó su nombre Salomón. El SEÑOR amaba al niño,
y envió un mensaje por medio del profeta Natán, quien llamó su nombre Yedidías, a causa del SEÑOR.
Joab estaba combatiendo contra Rabá de los hijos de Amón, y tomó la ciudad real.
Entonces Joab envió mensajeros a David diciendo: “He combatido contra Rabá y también he tomado el barrio de las Aguas.
Ahora pues, reúne al resto del pueblo, acampa contra la ciudad y tómala tú; no sea que, tomándola yo, sea llamada por mi nombre”.
David reunió a todo el pueblo, fue a Rabá, combatió contra ella y la tomó.
Entonces tomó la corona de la cabeza de su rey, la cual pesaba treinta y tres kilos de oro y tenía piedras preciosas. Y fue puesta sobre la cabeza de David. También sacó mucho botín de la ciudad.
A la gente que estaba en ella la sacó y la puso a trabajar con sierras, trillos de hierro y hachas de hierro. También la hizo trabajar en los hornos de ladrillos. Lo mismo hizo con todas las ciudades de los hijos de Amón. Luego David regresó con todo el pueblo a Jerusalén.