Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Samuel 14:17-24 verso por verso
Dice, pues, tu sierva: ¡Que sea de alivio la respuesta de mi señor el rey, porque como un ángel de Dios es mi señor el rey para discernir lo bueno y lo malo! ¡Que el SEÑOR tu Dios sea contigo!
Entonces el rey respondió y dijo a la mujer: — Por favor, no me encubras nada de lo que te voy a preguntar. La mujer dijo: — Hable mi señor el rey.
El rey preguntó: — ¿No está contigo la mano de Joab en todo esto? La mujer respondió y dijo: — ¡Vive tu alma, oh mi señor el rey! Nadie se podrá desviar ni a la derecha ni a la izquierda de todo lo que habla mi señor el rey. Ciertamente fue Joab tu servidor quien me mandó. Él puso todas estas palabras en boca de tu sierva.
Joab, tu servidor, hizo esto para cambiar la situación presente. Pero mi señor es sabio, conforme a la sabiduría de un ángel de Dios, para conocer todo lo que hay en la tierra.
Entonces el rey dijo a Joab: — He aquí, yo concedo esto: Ve y haz volver al joven Absalón.
Joab se postró en tierra sobre su rostro, y haciendo reverencia, bendijo al rey. Entonces dijo Joab: — Hoy ha entendido tu siervo que ha hallado gracia ante tus ojos, oh mi señor el rey, pues el rey ha concedido la petición de su siervo.
Entonces Joab se levantó, fue a Gesur y trajo a Absalón a Jerusalén.
Pero el rey dijo: — Que se vaya a su casa y no vea mi cara. Así que Absalón se fue a su casa, y no vio la cara del rey.