Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Samuel 14:2-11 verso por verso
Entonces Joab mandó a traer de Tecoa a una mujer sabia, y le dijo: — Por favor, finge que estás de duelo. Ponte un vestido de luto y no te unjas con aceite; antes bien, aparenta ser una mujer que hace tiempo guarda luto por algún muerto.
Luego entra a la presencia del rey y habla con él de esta manera… Y Joab puso las palabras en su boca.
Aquella mujer de Tecoa vino al rey, se postró en tierra sobre su rostro haciendo reverencia y dijo: — ¡Socórreme, oh rey!
El rey le preguntó: — ¿Qué te pasa? Ella respondió: — ¡Ay de mí! Soy una mujer viuda; mi marido ha muerto.
Tu sierva tenía dos hijos. Pero los dos pelearon en el campo, y no habiendo quien los separara, el uno hirió al otro y lo mató.
Y he aquí que toda la familia se ha levantado contra tu sierva, diciendo: “¡Entrega al que mató a su hermano, para que lo matemos por la vida de su hermano a quien mató, y destruyamos también al heredero!”. ¡Así extinguirán el carbón encendido que me queda, no dejando a mi marido nombre ni descendencia sobre la tierra!
Entonces el rey dijo a la mujer: — Ve a tu casa, que yo me ocuparé de tu caso.
Y la mujer de Tecoa dijo al rey: — ¡Oh mi señor el rey, sea la culpa sobre mí y sobre mi casa paterna! Pero el rey y su trono sean sin culpa.
El rey dijo: — Al que hable contra ti, tráelo a mí; y no te molestará más.
Entonces ella dijo: — Acuérdate, por favor, oh rey, del SEÑOR tu Dios, para que el vengador de la sangre no siga destruyendo, no sea que destruya a mi hijo. Él respondió: — ¡Vive el SEÑOR, que no caerá en tierra ni un cabello de la cabeza de tu hijo!