• 2 Samuel 14:9

    Y la mujer de Tecoa dijo al rey: — ¡Oh mi señor el rey, sea la culpa sobre mí y sobre mi casa paterna! Pero el rey y su trono sean sin culpa.

  • 2 Samuel 14:10

    El rey dijo: — Al que hable contra ti, tráelo a mí; y no te molestará más.

  • 2 Samuel 14:11

    Entonces ella dijo: — Acuérdate, por favor, oh rey, del SEÑOR tu Dios, para que el vengador de la sangre no siga destruyendo, no sea que destruya a mi hijo. Él respondió: — ¡Vive el SEÑOR, que no caerá en tierra ni un cabello de la cabeza de tu hijo!

  • 2 Samuel 14:12

    Dijo la mujer: — Por favor, permite que tu sierva diga una palabra a mi señor el rey. Él dijo: — Habla.

  • 2 Samuel 14:13

    Entonces dijo la mujer: — ¿Por qué, pues, piensas de este modo contra el pueblo de Dios? Cuando el rey dice estas palabras, se culpa a sí mismo, por cuanto el rey no hace volver a su desterrado.

  • 2 Samuel 14:14

    A la verdad, todos hemos de morir; somos como el agua derramada en la tierra, que no se puede recoger. Pero Dios no quita la vida, sino que busca la manera de que el desterrado no quede desterrado de él.

  • 2 Samuel 14:15

    He venido ahora para decir esto a mi señor el rey, porque el pueblo me ha atemorizado. Pero tu sierva pensó: Hablaré al rey; quizás él haga lo que su sierva le diga.

  • 2 Samuel 14:16

    Porque el rey me oirá para librar a su sierva de mano del hombre que busca destruirme a mí juntamente con mi hijo, de la heredad de Dios.

  • 2 Samuel 14:17

    Dice, pues, tu sierva: ¡Que sea de alivio la respuesta de mi señor el rey, porque como un ángel de Dios es mi señor el rey para discernir lo bueno y lo malo! ¡Que el SEÑOR tu Dios sea contigo!

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