Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Samuel 16:5-13 verso por verso
Al llegar el rey David a Bajurim, he aquí que salió de allí un hombre de la familia de la casa de Saúl, que se llamaba Simei hijo de Gera. Mientras salía, iba maldiciendo
y arrojando piedras a David y a todos los servidores del rey David; pero todo el pueblo y todos los hombres valientes estaban a su derecha y a su izquierda.
Simei decía maldiciéndolo: — ¡Fuera, fuera, hombre sanguinario y hombre perverso!
El SEÑOR ha hecho recaer sobre ti toda la sangre de la casa de Saúl, en cuyo lugar has reinado. Pero el SEÑOR ha entregado el reino en mano de tu hijo Absalón, y he aquí que estás en desgracia, porque eres un hombre sanguinario.
Entonces Abisai, hijo de Sarvia, preguntó al rey: — ¿Por qué ha de maldecir este perro muerto a mi señor el rey? ¡Por favor, déjame pasar, y le cortaré la cabeza!
Pero el rey respondió: — ¿Qué tengo yo con ustedes, hijos de Sarvia? Que maldiga; porque si el SEÑOR le ha dicho: “Maldice a David”, ¿quién le dirá: “¿Por qué haces esto?”.
Entonces David dijo a Abisai y a todos sus servidores: — He aquí, mi hijo, que ha salido de mis entrañas, acecha mi vida. ¡Cuánto más ahora uno de Benjamín! Déjenlo que maldiga, porque el SEÑOR se lo ha dicho.
Quizás el SEÑOR mirará mi aflicción, y me concederá el SEÑOR bienestar a cambio de sus maldiciones del día de hoy.
Mientras David y los suyos iban por el camino, Simei iba por la ladera del monte y paralelo a él, maldiciéndolo, arrojando piedras frente a él y esparciendo polvo.