Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Samuel 18:6-17 verso por verso
La gente salió al campo al encuentro de Israel, y se dio la batalla en el bosque de Efraín.
Allí cayó el pueblo de Israel ante los servidores de David. Aquel día hubo allí una gran matanza de veinte mil hombres.
La batalla se extendió por toda la región y aquel día el bosque devoró más gente que la que había devorado la espada.
Sucedió que Absalón se encontró con los servidores de David. Absalón iba montado sobre un mulo, y el mulo se metió por debajo del espeso ramaje de una gran encina. A Absalón se le enredó la cabeza en la encina, de modo que quedó colgado entre el cielo y la tierra, mientras el mulo que estaba debajo de él siguió adelante.
Un hombre lo vio y avisó a Joab diciendo: — He aquí que he visto a Absalón colgado de una encina.
Joab respondió al hombre que le dio la noticia: — Y viéndolo tú, ¿por qué no lo mataste allí mismo, derribándolo a tierra? Yo te hubiera dado ciento diez gramos de plata y un cinturón.
El hombre respondió a Joab: — Aunque yo recibiera en mi mano once kilos de plata, no extendería mi mano contra el hijo del rey, porque nosotros oímos cuando el rey les mandó a ti, a Abisai y a Itai, diciendo: “Cuídenme al joven Absalón”.
Si yo hubiera arriesgado mi vida (y nada se le esconde al rey), tú mismo habrías estado en contra.
Joab respondió: — No perderé mi tiempo contigo. Y tomando tres dardos en su mano, los clavó en el corazón de Absalón, que aún estaba vivo en medio de la encina.
Luego lo rodearon diez jóvenes, escuderos de Joab, e hirieron a Absalón y lo remataron.
Entonces Joab tocó la corneta, y el pueblo dejó de perseguir a Israel, porque Joab detuvo al pueblo.
Tomaron después a Absalón, lo echaron en un gran hoyo en el bosque y levantaron sobre él un gran montón de piedras. Y todo Israel huyó, cada uno a su morada.