Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Samuel 19:21-30 verso por verso
Intervino Abisai, hijo de Sarvia, y dijo: — Por esto, ¿no ha de morir Simei, ya que maldijo al ungido del SEÑOR?
Y David respondió: — ¿Qué hay entre mí y ustedes, hijos de Sarvia, para que hoy me sean adversarios? ¿Habrá de morir hoy alguno en Israel? ¿No sé yo que hoy soy rey sobre Israel?
Entonces el rey dijo a Simei: — No morirás. Y el rey se lo juró.
También Mefiboset hijo de Saúl descendió al encuentro del rey. No había cuidado sus pies, ni arreglado su bigote ni lavado su ropa desde el día en que el rey salió hasta el día en que volvió en paz.
Cuando él vino a Jerusalén al encuentro del rey, este le preguntó: — Mefiboset, ¿por qué no fuiste conmigo?
Él respondió: — Oh mi señor el rey, mi siervo me engañó. Pues tu siervo había dicho: “Aparéjame el asno; montaré en él e iré con el rey”. Porque tu siervo es lisiado.
Él ha calumniado a tu siervo ante mi señor el rey, pero mi señor el rey es como un ángel de Dios. Haz, pues, lo que te parezca bien.
Porque toda mi casa paterna no era sino digna de muerte delante de mi señor el rey; sin embargo, tú has puesto a tu siervo entre los que comen a tu mesa. ¿Qué derecho tengo yo aun de clamar al rey?
El rey le dijo: — ¿Por qué hablar más de tus asuntos? Yo he determinado que tú y Siba se repartan las tierras.
Y Mefiboset dijo al rey: — ¡Que él las tome todas, porque mi señor el rey ha vuelto en paz a su casa!