• 2 Samuel 19:5

    Joab entró en la casa del rey y le dijo: — Hoy has avergonzado la cara de todos tus servidores que hoy han librado tu vida y la vida de tus hijos y de tus hijas, la vida de tus mujeres y la vida de tus concubinas;

  • 2 Samuel 19:6

    pues amas a los que te aborrecen y aborreces a los que te aman. Porque has revelado que a ti nada te importan tus oficiales ni tus servidores. Ciertamente ahora sé que si Absalón viviera, aunque todos nosotros estuviéramos muertos, entonces estarías contento.

  • 2 Samuel 19:7

    »Ahora pues, levántate, sal y habla bondadosamente a tus servidores. Porque juro por el SEÑOR que si no sales ni un solo hombre quedará contigo esta noche; y esto será peor para ti que todos los males que te han sobrevenido desde tu juventud hasta ahora.

  • 2 Samuel 19:8

    Entonces el rey se levantó y se sentó a la puerta. Se anunció a todo el pueblo diciendo: “He aquí el rey está sentado a la puerta de la ciudad”. Y todo el pueblo se presentó ante el rey. Mientras tanto, los israelitas habían huido cada uno a su morada.

  • 2 Samuel 19:9

    Y sucedió que todo el pueblo contendía en todas las tribus de Israel, diciendo: “El rey nos ha librado de mano de nuestros enemigos y nos ha salvado de mano de los filisteos, pero ahora ha huido del país por causa de Absalón.

  • 2 Samuel 19:10

    Sin embargo, Absalón, a quien habíamos ungido rey sobre nosotros, ha muerto en la batalla. Ahora pues, ¿por qué guardan silencio con respecto a hacer volver al rey?”.

  • 2 Samuel 19:11

    Por su parte, el rey David mandó a decir a los sacerdotes Sadoc y Abiatar: “Hablen a los ancianos de Judá y díganles: ‘¿Por qué serán ustedes los últimos en hacer volver al rey a su casa, siendo que la palabra de todo Israel ha llegado al rey, a su casa?

  • 2 Samuel 19:12

    Ustedes son mis hermanos, hueso mío y carne mía; ¿por qué, pues, serán los últimos en hacer volver al rey?’

  • 2 Samuel 19:13

    Asimismo, dirán a Amasa: ‘¿No eres tú hueso mío y carne mía? Así me haga Dios y aun me añada, si no has de ser jefe del ejército delante de mí, de ahora en adelante, en lugar de Joab’ ”.

  • 2 Samuel 19:14

    Así se ganó el corazón de todos los hombres de Judá como el de un solo hombre, y enviaron a decir al rey: “¡Vuelve tú y todos tus servidores!”.

  • 2 Samuel 19:15

    Entonces volvió el rey y llegó hasta el Jordán. Y los de Judá habían ido a Gilgal para recibir al rey y hacerlo cruzar el Jordán.

  • 2 Samuel 19:16

    También Simei hijo de Gera, de Benjamín, que era de Bajurim, se dio prisa para ir con los hombres de Judá a recibir al rey David.

  • 2 Samuel 19:17

    Con él venían mil hombres de Benjamín. Asimismo vino Siba, criado de la casa de Saúl, y con él sus quince hijos y sus veinte siervos, los cuales se apresuraron a llegar al Jordán delante del rey.

  • 2 Samuel 19:18

    Y cruzaron el vado para ayudar a pasar a la familia del rey y para hacer lo que a él le pareciera bien. David perdona la vida a Simei Entonces Simei hijo de Gera se postró ante el rey, cuando este iba a cruzar el Jordán,

  • 2 Samuel 19:19

    y dijo al rey: — Que mi señor no me impute iniquidad ni se acuerde del mal que hizo tu siervo el día en que mi señor el rey salió de Jerusalén. Que el rey no lo guarde en su corazón,

  • 2 Samuel 19:20

    porque yo, tu siervo, reconozco haber pecado, y he aquí que he venido hoy, el primero de toda la casa de José para descender al encuentro de mi señor el rey.

  • 2 Samuel 19:21

    Intervino Abisai, hijo de Sarvia, y dijo: — Por esto, ¿no ha de morir Simei, ya que maldijo al ungido del SEÑOR?

  • 2 Samuel 19:22

    Y David respondió: — ¿Qué hay entre mí y ustedes, hijos de Sarvia, para que hoy me sean adversarios? ¿Habrá de morir hoy alguno en Israel? ¿No sé yo que hoy soy rey sobre Israel?

  • 2 Samuel 19:23

    Entonces el rey dijo a Simei: — No morirás. Y el rey se lo juró.

  • 2 Samuel 19:24

    También Mefiboset hijo de Saúl descendió al encuentro del rey. No había cuidado sus pies, ni arreglado su bigote ni lavado su ropa desde el día en que el rey salió hasta el día en que volvió en paz.

  • 2 Samuel 19:25

    Cuando él vino a Jerusalén al encuentro del rey, este le preguntó: — Mefiboset, ¿por qué no fuiste conmigo?

  • 2 Samuel 19:26

    Él respondió: — Oh mi señor el rey, mi siervo me engañó. Pues tu siervo había dicho: “Aparéjame el asno; montaré en él e iré con el rey”. Porque tu siervo es lisiado.

  • 2 Samuel 19:27

    Él ha calumniado a tu siervo ante mi señor el rey, pero mi señor el rey es como un ángel de Dios. Haz, pues, lo que te parezca bien.

  • 2 Samuel 19:28

    Porque toda mi casa paterna no era sino digna de muerte delante de mi señor el rey; sin embargo, tú has puesto a tu siervo entre los que comen a tu mesa. ¿Qué derecho tengo yo aun de clamar al rey?

  • 2 Samuel 19:29

    El rey le dijo: — ¿Por qué hablar más de tus asuntos? Yo he determinado que tú y Siba se repartan las tierras.

  • 2 Samuel 19:30

    Y Mefiboset dijo al rey: — ¡Que él las tome todas, porque mi señor el rey ha vuelto en paz a su casa!

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