Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Samuel 2:12-28 verso por verso
Abner hijo de Ner y los siervos de Isboset hijo de Saúl fueron de Majanaim a Gabaón.
También salieron Joab, hijo de Sarvia, y los servidores de David; y los encontraron junto al estanque de Gabaón. Entonces se sentaron los unos a un lado del estanque, y los otros al otro lado.
Luego Abner dijo a Joab: — ¡Levántense los jóvenes y compitan delante de nosotros! Joab respondió: — ¡Que se levanten!
Entonces se levantaron y pasaron en número igual, doce de parte de los hijos de Benjamín y de Isboset hijo de Saúl, y doce de los servidores de David.
Cada uno agarró a su adversario por la cabeza y colocó su espada en el costado de su adversario, y cayeron juntos. Por esto se llamó el nombre de aquel lugar Helcat-hazurim, el cual está en Gabaón.
Aquel día la batalla fue muy dura. Abner y los hombres de Israel fueron derrotados por los servidores de David.
Estaban allí los tres hijos de Sarvia: Joab, Abisai y Asael. Asael era ligero de pies como un venado en el campo.
Y Asael persiguió a Abner, yendo tras él sin apartarse ni a la derecha ni a la izquierda.
Abner se volvió hacia atrás y preguntó: — ¿Eres tú Asael? Él respondió: — Sí, yo soy.
Entonces Abner le dijo: — Apártate a la derecha o a la izquierda. Atrapa a alguno de los jóvenes y toma para ti sus despojos. Pero Asael no quiso dejar de seguirlo.
Y Abner volvió a decir a Asael: — ¡Deja de seguirme! ¿Por qué te he de herir, derribándote a tierra? ¿Cómo podría después levantar mi cara ante tu hermano Joab?
Como él rehusó apartarse, Abner lo hirió en el vientre con el extremo trasero de la lanza, y la lanza le salió por detrás. Así cayó allí y murió en el mismo sitio.
Pero Joab y Abisai persiguieron a Abner. El sol se puso cuando llegaron a la colina de Amá, frente a Guíaj, en el camino del desierto de Gabaón.
Luego se agruparon los hijos de Benjamín tras Abner formando un solo escuadrón, y se detuvieron en la cumbre de cierta colina.
Entonces Abner dio voces a Joab diciendo: — ¿Ha de consumir la espada para siempre? ¿No sabes tú que al final solo habrá amargura? ¿Hasta cuándo esperas para decir al pueblo que se vuelva de perseguir a sus hermanos?
Joab respondió: — ¡Vive Dios, que si tú no hubieras hablado, el pueblo habría dejado de perseguir a sus hermanos desde la mañana!
Entonces Joab tocó la corneta, y todo el pueblo se detuvo. Y no persiguieron más a Israel, ni continuaron luchando más.