Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Samuel 20:14-23 verso por verso
Seba había pasado por todas las tribus de Israel hasta Abel-bet-maaca, y todos los de Barim se congregaron y lo siguieron también.
Entonces llegaron y lo sitiaron en Abel-bet-maaca, y construyeron un terraplén contra la ciudad, el cual se apoyaba sobre la muralla exterior. Y toda la gente que estaba con Joab golpeaba el muro para derribarlo.
Entonces una mujer sabia dio voces desde la ciudad: — ¡Escuchen! ¡Escuchen! Por favor, díganle a Joab: “Acércate acá para que yo hable contigo”.
Cuando él se acercó a ella, la mujer preguntó: — ¿Eres tú Joab? Él respondió: — Sí, yo soy. Ella le dijo: — Escucha las palabras de tu sierva. Él respondió: — Yo escucho.
Entonces ella volvió a hablar y dijo: — Antiguamente se solía decir: “El que consulte, que consulte en Abel”. Y así se concluía todo asunto.
Yo soy una de las pacíficas y fieles de Israel, y tú procuras arrasar una ciudad que es madre en Israel. ¿Por qué devorarás la heredad del SEÑOR?
Joab respondió diciendo: — ¡Lejos, lejos esté de mí que yo devore o destruya!
No es así el asunto; sino que un hombre de la región montañosa de Efraín, que se llama Seba hijo de Bicri, ha levantado su mano contra el rey, contra David. Entréguenme solo a él, y me iré de la ciudad. La mujer dijo a Joab: — He aquí que su cabeza te será arrojada de detrás del muro.
La mujer fue a todo el pueblo con su sabiduría, y ellos cortaron la cabeza a Seba hijo de Bicri y se la arrojaron a Joab. Este tocó la corneta, y se retiraron de la ciudad, cada uno a su morada. Y Joab regresó al rey en Jerusalén.
Joab estaba al mando de todo el ejército de Israel. Benaías hijo de Joyada estaba al mando de los quereteos y de los peleteos.