Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Samuel 4:5-12 verso por verso
Recab y Baaná, hijos de Rimón de Beerot, fueron y en pleno calor del día llegaron a la casa de Isboset, quien se hallaba durmiendo la siesta.
Y he aquí, entraron en el interior de la casa como para llevar trigo, y lo hirieron en el vientre. Después Recab y su hermano Baaná se escaparon.
Así que entraron en la casa mientras él estaba acostado en su cama, en su dormitorio, y lo hirieron y mataron. Luego le cortaron la cabeza, la tomaron y anduvieron toda la noche por el camino del Arabá.
Llevaron la cabeza de Isboset a David, en Hebrón, y dijeron al rey: — ¡He aquí la cabeza de Isboset hijo de Saúl, tu enemigo que atentó contra tu vida! El SEÑOR ha vengado hoy a mi señor el rey, de Saúl y de su descendencia.
Pero David respondió a Recab y a Baaná, su hermano, hijos de Rimón de Beerot, y les dijo: — ¡Vive el SEÑOR, que ha rescatado mi vida de toda adversidad!
Si cuando uno, imaginándose que me traía buenas noticias, me informó diciendo: “Saúl ha muerto”, yo lo prendí y lo maté en Siclag, en pago de sus buenas noticias,
¡cuánto más a unos hombres malvados que mataron a un hombre justo en su casa y sobre su cama! Ahora pues, ¿no demandaré su sangre de sus manos, eliminándolos de la tierra?
Entonces David dio orden a los jóvenes, y ellos los mataron. Luego les cortaron las manos y los pies, y los colgaron junto al estanque de Hebrón. Pero tomaron la cabeza de Isboset y la enterraron en el sepulcro de Abner, en Hebrón.