Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Samuel 6:1-19 verso por verso
David volvió a reunir a todos los escogidos de Israel, treinta mil en total.
Entonces David se levantó, y con todo el pueblo que estaba con él, partió de Baala de Judá para subir desde allí el arca de Dios, sobre la cual es invocado el nombre del SEÑOR de los Ejércitos, que tiene su trono entre los querubines.
Luego colocaron el arca de Dios sobre una carreta nueva y se la llevaron de la casa de Abinadab, que estaba en la colina. Uza y Ajío, hijos de Abinadab, guiaban la carreta nueva
con el arca de Dios, y se la llevaron de la casa de Abinadab, que estaba en la colina. Ajío iba delante del arca.
David y toda la casa de Israel se regocijaban delante del SEÑOR, con toda clase de instrumentos de madera de ciprés: arpas, liras, panderetas, sistros y címbalos.
Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano al arca de Dios y la sujetó, porque los bueyes tropezaron.
Entonces el furor del SEÑOR se encendió contra Uza, y Dios lo hirió allí por el atrevimiento. Y murió allí, junto al arca de Dios.
David se disgustó porque el SEÑOR había irrumpido contra Uza, y llamó aquel lugar Perez-uza, hasta el día de hoy.
Aquel día David tuvo miedo del SEÑOR y dijo: “¿Cómo ha de venir a mí el arca del SEÑOR?”.
David ya no quiso llevar consigo el arca del SEÑOR, a la Ciudad de David. Más bien, David la desvió a la casa de Obed-edom el geteo.
El arca del SEÑOR se quedó en casa de Obed-edom el geteo durante tres meses. Y el SEÑOR bendijo a Obed-edom y a toda su familia.
Se le informó al rey David diciendo: “El SEÑOR ha bendecido la familia de Obed-edom y todo lo que tiene, a causa del arca de Dios”. Entonces David fue e hizo subir con regocijo el arca de Dios de la casa de Obed-edom a la Ciudad de David.
Y sucedió que cuando los que llevaban el arca de Dios habían dado seis pasos, David sacrificó un toro y un carnero engordado.
David danzaba con toda su fuerza delante del SEÑOR, y David estaba vestido con un efod de lino.
David y toda la casa de Israel subían el arca del SEÑOR, con gritos de júbilo y sonido de corneta.
Sucedió que cuando el arca del SEÑOR llegó a la Ciudad de David, Mical hija de Saúl miró por la ventana; y al ver al rey David saltando y danzando delante del SEÑOR, lo menospreció en su corazón.
Así trajeron el arca del SEÑOR y la colocaron en su lugar, en medio de la tienda que David había erigido para ella. Luego David ofreció holocaustos y sacrificios de paz delante del SEÑOR.
Cuando David acabó de ofrecer los holocaustos y los sacrificios de paz, bendijo al pueblo en el nombre del SEÑOR de los Ejércitos.
Entonces repartió a todo el pueblo, a toda la multitud de Israel, tanto a hombres como a mujeres, a cada uno una torta de pan, una de dátiles y una de pasas. Y todo el pueblo se fue, cada uno a su casa.