Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Samuel 7:2-17 verso por verso
el rey dijo al profeta Natán: — Mira; yo habito en una casa de cedro, mientras que el arca de Dios habita en una tienda.
Y Natán dijo al rey: — Anda, haz todo lo que está en tu corazón, porque el SEÑOR está contigo.
Pero aconteció que aquella noche vino la palabra del SEÑOR a Natán, diciendo:
“Ve y di a mi siervo David que así ha dicho el SEÑOR: ‘¿Me edificarás tú una casa en la que yo habite?’.
Ciertamente yo no he habitado en una casa desde el día en que hice subir a los hijos de Israel de Egipto, hasta el día de hoy. Más bien, he estado peregrinando en una tienda y en un tabernáculo.
Dondequiera que he peregrinado con todos los hijos de Israel, ¿acaso he dicho una palabra a alguna de las tribus de Israel a la que yo comisioné para apacentar a mi pueblo Israel, preguntando: ‘¿Por qué no me han edificado una casa de cedro?’.
“Ahora pues, dirás a mi siervo David que así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos: ‘Yo te tomé del prado, de detrás del rebaño, para que fueras el soberano de mi pueblo Israel.
He estado contigo por dondequiera que has andado. He eliminado a todos tus enemigos de tu presencia, y haré que tu nombre sea grande, como el nombre de los grandes de la tierra.
Asimismo, dispondré un lugar para mi pueblo Israel y lo plantaré para que habite en su lugar sin que sea molestado más, ni los inicuos vuelvan a afligirlo como al comienzo,
desde el día en que constituí jueces sobre mi pueblo Israel. Y yo te daré descanso de todos tus enemigos. “‘Además, el SEÑOR te declara que el SEÑOR te hará casa a ti.
Cuando se cumplan tus días y reposes con tus padres, yo levantaré después de ti a un descendiente tuyo, el cual procederá de tus entrañas y afirmaré su reino.
Él edificará una casa a mi nombre, y yo estableceré el trono de su reino para siempre.
Yo seré para él padre; y él será para mí hijo. Cuando haga mal, yo lo corregiré con vara de hombres y con azotes de hijos de hombre.
Pero no quitaré de él mi misericordia, como la quité de Saúl, al cual quité de tu presencia.
Tu casa y tu reino serán firmes para siempre delante de mí, y tu trono será estable para siempre’ ”.
Natán habló a David conforme a todas estas palabras y conforme a toda esta visión.