Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Samuel 7:20-29 verso por verso
¿Qué más puede añadir David al hablar contigo? Pues tú conoces a tu siervo, oh SEÑOR Dios.
Por causa de tu palabra y conforme a tu corazón, has realizado toda esta gran cosa para darla a conocer a tu siervo.
Por tanto, tú eres grande, oh SEÑOR Dios; porque no hay nadie como tú ni hay Dios aparte de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos.
“¿Y qué otra nación hay en la tierra como tu pueblo Israel, al cual Dios fue para rescatarlo como pueblo para sí, a fin de darse renombre y hacer a favor de él hechos grandes y temibles, al expulsar las naciones y sus dioses ante tu pueblo que rescataste para ti de Egipto?
Has establecido para ti a tu pueblo Israel como pueblo tuyo para siempre; y tú, oh SEÑOR, has llegado a ser su Dios.
“Ahora pues, oh SEÑOR Dios, confirma para siempre la palabra que has hablado acerca de tu siervo y de su casa, y haz tal como has dicho.
Sea engrandecido tu nombre para siempre, a fin de que se diga: ‘El SEÑOR de los Ejércitos es Dios de Israel’. Que la casa de tu siervo David sea estable delante de ti;
porque tú, oh SEÑOR de los Ejércitos, Dios de Israel, lo has revelado al oído de tu siervo, diciendo: ‘Yo te edificaré casa a ti’. Por esto, tu siervo ha hallado valor en su corazón para dirigirte esta oración.
Ahora pues, oh SEÑOR Dios, tú eres Dios, y tus palabras son verdad, y has prometido este bien a tu siervo.
Y ahora, ten a bien bendecir la casa de tu siervo, a fin de que permanezca para siempre delante de ti. Porque tú lo has prometido, oh SEÑOR Dios, y con tu bendición la casa de tu siervo será bendita para siempre”.