• 2 Tesalonicenses 3:8

    ni hemos comido de balde el pan de nadie. Más bien, trabajamos arduamente hasta la fatiga, de noche y de día, para no serles gravosos a ninguno de ustedes;

  • 2 Tesalonicenses 3:9

    no porque no tuviéramos autoridad sino para darles en nuestras personas un ejemplo a imitar.

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