Explicación, estudio y comentario bíblico de Abdías 1:12-18 verso por verso
No debiste haberte quedado mirando a tu hermano en su día trágico, en el día de su desgracia. No debiste alegrarte de los hijos de Judá en el día de su ruina. No debiste extralimitarte con tu boca en el día de la angustia.
No debiste entrar por la puerta de mi pueblo en el día de su ruina. Tampoco debiste mirar su miseria en el día de su ruina. No debiste echar mano de sus bienes en el día de su ruina.
Tampoco debiste ponerte en las encrucijadas de los caminos para aniquilar a sus fugitivos. No debiste haber entregado a sus sobrevivientes en el día de la desgracia.
“Cercano está el día del SEÑOR sobre todas las naciones. Como tú hiciste se hará contigo; tu retribución volverá sobre tu cabeza.
Porque como ustedes bebieron en mi santo monte, beberán todas las naciones de alrededor. Beberán ruidosamente y quedarán como si nunca hubieran existido.
“Pero en el monte Sion estarán los libertados y será santo. La casa de Jacob poseerá las posesiones de ellos.
La casa de Jacob será fuego y la casa de José será llama. La casa de Esaú será estopa y ellos los quemarán y los consumirán. Ni un solo sobreviviente quedará de la casa de Esaú”, porque el SEÑOR lo ha dicho.