Explicación, estudio y comentario bíblico de Abdías 1:2-31 verso por verso
“He aquí, te empequeñeceré entre las naciones; serás muy menospreciado.
La soberbia de tu corazón te ha engañado a ti que habitas en las hendiduras de la peña, en tu morada elevada; a ti que decías en tu corazón: ‘¿Quién me hará caer a tierra?’.
Aunque remontes vuelo como águila y entre las estrellas pongas tu nido, de allí te haré descender, dice el SEÑOR.
Si hubieran venido a ti ladrones o asaltantes de noche, ¿no te habrían robado lo que les bastase? Si hubieran venido a ti vendimiadores, ¿no habrían dejado siquiera rebuscos? Pero, ¡cómo has sido arrasado!
¡Cómo fue saqueado Esaú; sus tesoros escondidos fueron saqueados!
Hasta la frontera te arrojaron tus propios aliados. Te defraudaron y pudieron más que tus confidentes. Los que comían de tu pan te han puesto trampa. ¡No hay en él discernimiento!
“¿No haré que perezcan en aquel día los sabios de Edom y el discernimiento de la región montañosa de Esaú?, dice el SEÑOR.
Tus valientes, oh Temán, serán destrozados, para que todo hombre sea destruido por la masacre en los montes de Esaú.
“Por la violencia hecha a tu hermano Jacob, te cubrirá la vergüenza y serás destruido para siempre.
En el día cuando te pusiste firme del lado contrario, en el día cuando su poderío fue llevado cautivo por los extraños, y los extranjeros llegaron hasta sus puertas y echaron suertes por Jerusalén, tú también te comportaste como uno de ellos.
No debiste haberte quedado mirando a tu hermano en su día trágico, en el día de su desgracia. No debiste alegrarte de los hijos de Judá en el día de su ruina. No debiste extralimitarte con tu boca en el día de la angustia.
No debiste entrar por la puerta de mi pueblo en el día de su ruina. Tampoco debiste mirar su miseria en el día de su ruina. No debiste echar mano de sus bienes en el día de su ruina.
Tampoco debiste ponerte en las encrucijadas de los caminos para aniquilar a sus fugitivos. No debiste haber entregado a sus sobrevivientes en el día de la desgracia.
“Cercano está el día del SEÑOR sobre todas las naciones. Como tú hiciste se hará contigo; tu retribución volverá sobre tu cabeza.
Porque como ustedes bebieron en mi santo monte, beberán todas las naciones de alrededor. Beberán ruidosamente y quedarán como si nunca hubieran existido.
“Pero en el monte Sion estarán los libertados y será santo. La casa de Jacob poseerá las posesiones de ellos.
La casa de Jacob será fuego y la casa de José será llama. La casa de Esaú será estopa y ellos los quemarán y los consumirán. Ni un solo sobreviviente quedará de la casa de Esaú”, porque el SEÑOR lo ha dicho.
Los del Néguev poseerán la región montañosa de Esaú y los de la Sefela, la tierra de los filisteos. También poseerán los campos de Efraín y de Samaria y los de Benjamín poseerán Galaad.
Esta tropa de cautivos de los hijos de Israel poseerá lo que fuera de los cananeos hasta Sarepta, y los de Jerusalén que están cautivos en Sefarad poseerán las ciudades del Néguev.
Subirán victoriosos desde el monte Sion para juzgar la región montañosa de Esaú. ¡Y el reino será del SEÑOR!