Explicación, estudio y comentario bíblico de Amós 3:3-30 verso por verso
¿Andarán dos juntos, a menos que se pongan de acuerdo?
¿Rugirá el león en el bosque sin haber cazado presa? ¿Dará su rugido el cachorro de león desde su guarida sin haber atrapado algo?
¿Caerá el ave en la trampa en la tierra sin haber cazador? ¿Se alzará la trampa del suelo sin haber atrapado algo?
¿Se tocará la corneta en la ciudad y no se estremecerá el pueblo? ¿Habrá alguna calamidad en la ciudad sin que el SEÑOR la haya hecho?”.
Así, nada hará el SEÑOR Dios sin revelar su secreto a sus siervos los profetas.
Si ruge el león, ¿quién no temerá? Si habla el SEÑOR Dios, ¿quién no profetizará?
Proclamen en los palacios de Asdod y en los palacios de la tierra de Egipto, y digan: “¡Reúnanse sobre los montes de Samaria y vean los muchos tumultos y la opresión que hay en medio de ella!
No saben hacer lo recto, los que atesoran violencia y despojo en sus palacios”, dice el SEÑOR.
Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios: “Un enemigo vendrá por todos los lados de la tierra. Echará abajo tu fortaleza y tus palacios serán saqueados.
Así dice el SEÑOR: De la manera que el pastor libra de la boca del león dos piernas o la punta de la oreja, así escaparán los hijos de Israel que en Samaria se sientan en un borde de la cama o en un diván de Damasco.
“Oigan y testifiquen contra la casa de Jacob, dice el SEÑOR Dios de los Ejércitos.
El día en que castigue las rebeliones de Israel también castigaré los altares de Betel. Serán derribados los cuernos del altar y caerán al suelo.
Yo golpearé la casa de invierno junto con la casa de verano y las casas de marfil perecerán. ¡Muchas casas serán arruinadas!”, dice el SEÑOR.