Explicación, estudio y comentario bíblico de Apocalipsis 17:1-15 verso por verso
Vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas y habló conmigo diciendo: “Ven acá, y te mostraré la condenación de la gran ramera que está sentada sobre muchas aguas.
Con ella fornicaron los reyes de la tierra, y los que habitan en la tierra se embriagaron con el vino de su fornicación”.
Me llevó en el Espíritu al desierto. Y vi una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia y que tenía siete cabezas y diez cuernos.
La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y estaba adornada con oro y piedras preciosas y perlas. En su mano tenía una copa de oro llena de abominaciones y de las impurezas de su inmoralidad.
En su frente estaba escrito un nombre, un misterio: “Babilonia la grande, madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra”.
Vi a la mujer embriagada con la sangre de los santos y con la sangre de los mártires de Jesús. Al verla, quedé asombrado con gran asombro.
Y el ángel me dijo: “¿Por qué estás asombrado? Yo te explicaré el misterio de la mujer y de la bestia que la lleva y que tiene siete cabezas y diez cuernos.
La bestia que has visto era y no es,y ha de subir del abismo, y va a la perdición. Los habitantes de la tierra, cuyos nombres no están inscritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo, se maravillarán cuando vean a la bestia que era y no es y será.
Aquí está la mente que tiene sabiduría: Las siete cabezas son siete montes sobre los cuales está sentada la mujer.
Y son siete reyes: Cinco han caído, uno es y otro aún no ha venido; y cuando venga, debe quedar solo por un breve tiempo.
La bestia que era y no es también es el octavo, y procede de los siete y va a la perdición.
Los diez cuernos que has visto son diez reyes que todavía no han recibido reino, pero toman autoridad por una hora como reyes junto con la bestia.
Estos tienen un solo propósito, y entregan su poder y autoridad a la bestia.
Ellos harán guerra contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes, y los que están con él son llamados y elegidos y fieles”.
También me dijo: “Las aguas que has visto donde está sentada la ramera son pueblos y multitudes, naciones y lenguas.