Explicación, estudio y comentario bíblico de Apocalipsis 2:12-27 verso por verso
“Escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice estas cosas:
Yo conozco dónde habitas: donde está el trono de Satanás. Y retienes mi nombre y no has negado mi fe, aun en los días de Antipas, mi testigo fiel, quien fue muerto entre ustedes, donde mora Satanás.
“Sin embargo, tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes allí a algunos que se adhieren a la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo delante de los hijos de Israel, a comer de lo sacrificado a los ídolos y a cometer inmoralidad sexual.
Asimismo, tú también tienes a los que se adhieren a la doctrina de los nicolaítas,
Por tanto, ¡arrepiéntete! Pues de lo contrario vendré pronto a ti y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venza le daré de comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca y en la piedrecita un nombre nuevo escrito, que nadie conoce sino el que lo recibe.
“Escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, que tiene sus ojos como llama de fuego y sus pies semejantes al bronce bruñido, dice estas cosas:
Yo conozco tus obras, tu amor, tu fidelidad, tu servicio y tu perseverancia; y que tus últimas obras son mejores que las primeras.
“Sin embargo, tengo contra ti que toleras a la mujer Jezabel, que dice ser profetisa, y enseña y seduce a mis siervos a cometer inmoralidad sexual, y a comer lo sacrificado a los ídolos.
Le he dado tiempo para que se arrepienta, y no quiere arrepentirse de su inmoralidad.
He aquí, yo la echo en cama, y a los que con ella adulteran, en muy grande tribulación, a menos que se arrepientan de las obras de ella.
Y a sus hijos mataré con penosa muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriño la mente y el corazón. Y les daré a cada uno de ustedes conforme a sus obras.
“Pero a los demás en Tiatira, a cuantos no tienen esta doctrina, quienes no han conocido las cosas profundas de Satanás (como las llaman), les digo: No les impongo ninguna carga más.
Solamente aférrense a lo que tienen, hasta que yo venga.
Al que venza y guarde mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,
— él las guiará con cetro de hierro; como vaso de alfarero son quebradas —, así como yo también he recibido de mi Padre.