Explicación, estudio y comentario bíblico de Apocalipsis 3:10-66 verso por verso
Porque guardaste la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré a la hora de la prueba que ha de venir sobre todo el mundo habitado, para probar a los moradores de la tierra.
“Yo vengo pronto. Retén lo que tienes para que nadie tome tu corona.
Al que venza, yo le haré columna en el templo de mi Dios, y nunca jamás saldrá fuera. Y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios — la nueva Jerusalén que desciende del cielo, enviada por mi Dios — y mi nombre nuevo.
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
“Escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: El Amén, el testigo fiel y verdadero, el origen de la creación de Dios, dice estas cosas:
Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente!
Así, porque eres tibio, y no frío ni caliente, estoy por vomitarte de mi boca.
Ya que tú dices: ‘Soy rico; me he enriquecido y no tengo ninguna necesidad’, y no sabes que tú eres desgraciado, miserable, pobre, ciego y desnudo,
yo te aconsejo que de mí compres oro refinado por el fuego para que te hagas rico, y vestiduras blancas para que te vistas y no se descubra la vergüenza de tu desnudez, y colirio para ungir tus ojos para que veas.
“Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Sé, pues, celoso y arrepiéntete.
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él, y él conmigo.
Al que venza, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo también he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono.
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”.