-
Soy morena y bella, oh hijas de Jerusalén. Soy como las tiendas en Quedar o como los pabellones de Salomón.
-
No se fijen en que soy morena, pues el sol me bronceó. Los hijos de mi madre se enojaron contra mí y me pusieron a cuidar viñas. ¡Y mi propia viña no cuidé!
Continúa después de la publicidad