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¡Oh, agasájenme con pasas, refrésquenme con manzanas, porque estoy enferma de amor!
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Su brazo izquierdo está debajo de mi cabeza y su derecho me abraza.
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¡Júrenme, oh hijas de Jerusalén, por las ciervas y por las gacelas del campo, que no despertarán ni provocarán el amor hasta que quiera!
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