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Su brazo izquierdo está debajo de mi cabeza y su derecho me abraza.
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¡Júrenme, oh hijas de Jerusalén, que no despertarán ni provocarán el amor hasta que quiera!
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¿Quién es esta que sube del desierto recostada sobre su amado? La amada Debajo de un manzano te desperté; allí donde tu madre tuvo dolores, allí donde tuvo dolores la que te dio a luz.
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