Porque ¿qué sabes tú, oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O qué sabes tú, oh marido, si quizá harás salva a tu mujer?

Permaneciendo con tu pareja incrédula, puedes salvarlo o salvarla. Busca "paz" con tu cónyuge incrédulo (1 Corintios 7:15). Así como Rut la moabita se convirtió a la fe de su esposo, es posible que José y Moisés hayan persuadido a sus esposas para que se unieran a su fe. De manera inversa, el esposo incrédulo puede ser ganado por la esposa creyente (1 Pedro 3:1). Alford explica que si tu cónyuge incrédulo desea partir, déjalo ir para que puedas vivir "en paz", ya que no puedes estar seguro de convertirlo de tal manera que te sea obligatorio mantenerlo en contra de su voluntad, a cualquier costo (1 Corintios 7:15).

Guardar - ser el instrumento del ahorro.

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