Y estar de pie cada mañana para dar gracias y alabar al SEÑOR, y lo mismo por la tarde;

Y estar de pie todas las mañanas... para realizar todas las funciones requeridas de los funcionarios sagrados. El número de 38.000 levitas, sin contar los sacerdotes, sin duda era más que suficiente para el servicio ordinario del tabernáculo. Pero este rey piadoso pensó que contribuiría a la gloria del Señor emplear tantos oficiales en Su servicio divino como fuera posible. Estas primeras reglas, sin embargo, que instituyó David, fueron temporales, ya que se hicieron arreglos muy diferentes después de que el arca había sido depositada en el tabernáculo de Sión.

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