Y los hombres que no murieron fueron heridos con tumores: y el clamor de la ciudad subía al cielo.

El clamor de la ciudad subió al cielo. La enfermedad va acompañada de un dolor agudo, y está lejos de ser un fenómeno raro en la llanura filistea, aunque en la ocasión mencionada en el texto apareció en una forma maligna y prevaleció en un grado alarmante (Van de Velde, vol. . 2:, pág. 174).

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