No obstante, Ezequías se humilló a sí mismo por la soberbia de su corazón, tanto él como los habitantes de Jerusalén, para que la ira del SEÑOR no cayera sobre ellos en los días de Ezequías.

Ira... no vino sobre ellos en los días de Ezequías. Porque incluso el arrepentimiento sincero de los siervos de Dios, después de grandes transgresiones, no ha impedido, aunque a veces ha retrasado, la visitación judicial (cf. 1 Samuel 3:14 ; 2 Samuel 12:10 ) (ver Jamieson's 'Historia Sagrada, ' 2:, 118).

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