Mas no se hicieron para la casa de Jehová tazones de plata, despabiladeras, tazones, trompetas, ningún vaso de oro, ni vaso de plata, del dinero que se traía a la casa de Jehová;

Sin embargo, no había... tazones... Cuando se completaron las reparaciones del templo, el excedente se asignó a la compra del mobiliario del templo. Siendo indudable la integridad de los superintendentes de la obra, no se exigió cuenta de la forma en que aplicaron el dinero que se les dio, mientras que otros dineros, recaudados en el templo, quedaron a disposición de los sacerdotes, como el ley dirigida ( Levítico 5:15 ; Números 5:8 ).

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