Has ensanchado mis pasos debajo de mí; para que mis pies no resbalen.

Has ensanchado mis pasos debajo de mí; para que mis pies no resbalen, es decir, Tú has dado un amplio espacio y borde suficiente, para que, como un peatón, pueda caminar más libremente, sin riesgo de tropezar, en un camino escabroso o empinado.

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