Entonces tomarás un aul, y le traspasarás la oreja hasta la puerta, y será tu siervo para siempre. Y también con tu sierva harás lo mismo.

Y también con tu sierva harás lo mismo: es decir, despedirla honorablemente y con suficientes provisiones, u obligarla a servidumbre perpetua observando los mismos ritos.

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