Y el rey amó a Ester sobre todas las mujeres, y ella alcanzó gracia y favor delante de él más que todas las vírgenes;  de modo que él puso la corona real sobre su cabeza, y la hizo reina en lugar de Vasti.

El rey amaba a Ester sobre todas las mujeres. La elección recayó en Ester, quien halló gracia a los ojos de Asuero y la elevó a la dignidad de esposa principal o reina. A las otras competidoras se les asignaron departamentos en el harén real y se las retuvo en el rango de esposas secundarias, de las cuales los príncipes orientales tienen un gran número.

Puso la corona real sobre su cabeza. Este consistía únicamente en un filete púrpura, veteado de blanco, que tenía la apariencia de una corona de torres, atado alrededor de la frente.

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