Si tomas en prenda el vestido de tu prójimo, se lo entregarás a la puesta del sol:

Si acaso... Por la naturaleza del caso, esta es la descripción del pobre hombre. Ningún oriental se desviste; pero, simplemente despojándose de sus turbantes y algunas de sus pesadas prendas exteriores, duermen con la ropa que usan durante el día. El lecho de los pobres no suele ser más que una estera; y en invierno se cubren con un manto, práctica que constituye el fundamento o razón de la ley humana y misericordiosa respecto de la túnica empeñada.

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