Tres veces en el año se presentarán todos tus varones delante del Señor DIOS.

Todos tus varones aparecerán delante del Señor Dios. A todos los varones que se purificaban, incluidos los indígenas o criados en casa (personas circuncidadas), se les ordenaba que acudieran al tabernáculo, y después al templo, y las mujeres iban con frecuencia. La institución de esta costumbre nacional fue de la mayor importancia en muchos sentidos: manteniendo un sentido nacional de religión y una uniformidad pública en el culto; creando un lazo de unidad, y también promoviendo el comercio interior entre la gente.

Aunque la ausencia de todos los varones en estos tres festivales dejó al país indefenso, se hizo una promesa especial de protección divina, y nunca se permitió ninguna incursión de enemigos en esas ocasiones.

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