Y se cumplieron siete días, después que Jehová hirió el río.

Se cumplieron siete días, después que el Señor hirió el río. La impresión natural que transmiten estas palabras es que la plaga se prolongó durante una semana; y Osburn ('Mon. Hist.', 2:, p. 578) trata de explicarlo diciendo que en las llanuras del Bajo Egipto, donde la corriente de los diversos ramales del Nilo es lenta y perezosa, este es aproximadamente el tiempo que el contenido del río necesitaría para fluir desde la corona del Delta hasta el mar.  Otros, como Hengstenberg, conectan estas palabras con la siguiente sección, dando a entender que siete días después del comienzo de la primera plaga, sin ninguna referencia a su fin, la segunda plaga estaba amenazada. Las palabras están relacionadas con esto en nuestras Biblias hebreas, que continúan hasta el final de ( Éxodo 7:4 ) del próximo capítulo de nuestra versión.

El primer punto de vista es preferible, no sólo porque la duración del intervalo entre las plagas no se especifica en ninguna parte, y la fórmula con la que se introduce cada plaga sucesiva no está conectada en ningún otro caso con la anterior.

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