Toma también para ti una sartén de hierro, y ponla por muro de hierro entre ti y la ciudad; y pon tu rostro contra ella, y será sitiada, y tú la sitiarás. Esto será una señal para la casa de Israel.

Una sartén de hierro - que representa simbólicamente el decreto divino en cuanto al ejército caldeo que invade la ciudad.

Ponlo por muro de hierro entre ti y la ciudad - Ezequiel, en la persona de Dios, representa el muro de separación decretado para estar entre él y el pueblo como uno de hierro, y el ejército caldeo inversor, Su instrumento para separarlos de él, como uno imposible de traspasar.

Pon tu rostro contra él - inexorablemente. Los exiliados envidiaban a sus hermanos que permanecían en Jerusalén; pero el exilio es mejor que la estrechez de un asedio.

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