Quemarás con fuego una tercera parte en medio de la ciudad, cuando se cumplan los días del sitio; y tomarás una tercera parte, y la herirás con cuchillo; y una tercera parte esparcirás al viento; y yo desenvainaré espada en pos de ellos.

Quemarás con fuego la tercera parte... tomarás la tercera parte y la pasarás a cuchillo... la tercera parte... la esparcirás al viento - se describen tres clases. La espada debía destruir un tercio del pueblo; el hambre y la peste, otro tercio ("fuego" se explica como "peste y hambre"); lo que quedaba debía ser dispersado entre las naciones. De la última porción sólo escaparían unos pocos, simbolizados por los cabellos atados a las faldas de Ezequiel "el pueblo que quedó en la tierra" a cargo de Gedalías; 52:16). Incluso de éstos, algunos serían arrojados de nuevo a la prueba de fuego, (a través de los desórdenes consecuentes al asesinato de Gedalías por Ismael, y la conducción del remanente a Egipto por Johanán;  Jeremias 41:1. Las "faldas", siendo capaces de contener sólo a unos pocos, expresan ese límite extremo al que puede llegar la bondad de Dios.

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