Génesis 27:18-27

Y vino a su padre, y dijo: Padre mío; y él dijo: Heme aquí; ¿Quién eres, hijo mío?

Vino a su padre.El plan diseñado por la madre iba a ser ejecutado por el hijo en la alcoba del padre, y es doloroso pensar en las falsedades deliberadas, así como en las atrevidas blasfemias a las que recurrió. El disfraz, aunque falto de una cosa, que estuvo a punto de desbaratar toda la trama, logró engañar a Isaac; y mientras le daba su abrazo paternal, el anciano se despertó en un estado de gran satisfacción y deleite.

Verso 27. El olor... es como... de un campo. Los olores aromáticos de los campos y prados sirios a menudo imparten una fuerte fragancia a la persona y la ropa, como han notado muchos viajeros. Esta puede haber sido la razón por la que se untaron las "buenas vestiduras" con perfumes fragantes. No es improbable que en un esquema tan hábilmente ideado, donde no se omitió ni se olvidó la más mínima circunstancia que pudiera hacer que la falsificación fuera completa, se usaron medios para perfumar las ropas con las que Jacob estaba investido, para ser más como los de Esaú, recién regresados ​​del campo.

"Mira, el olor de mi hijo es como el olor de un campo que el Señor ha bendecido: por tanto, Dios te dé del rocío del cielo, y la grosura de la tierra, y abundancia de grano y mosto;

Que los pueblos te sirvan, y las naciones se inclinen ante ti: sé señor de tus hermanos, y que los hijos de tu madre se inclinen ante ti.

Maldito todo el que te maldiga, y bendito el que te bendiga".