Génesis 47:29-31

Y se acercaba el tiempo en que Israel debía morir; y llamó a su hijo José, y le dijo: Si ahora he hallado gracia ante tus ojos, te ruego que pongas tu mano debajo de mi muslo, y me trates con bondad y verdad; te ruego que no me entierres en Egipto:

Se acercaba el tiempo... Sólo se registra una de sus disposiciones al morir, pero esa revela todo su carácter. Fue la disposición de sus restos, que debían ser llevados a Canaán, no por un simple apego romántico a su tierra natal, ni, como sus descendientes modernos, por un sentimiento supersticioso por el suelo de Tierra Santa, sino por la fe en las promesas. Su discurso a José: "Si ahora he hallado gracia ante tus ojos", es decir, como visir de Egipto, su exigencia de un juramento solemne de que sus deseos se cumplirían, y la forma especial de ese juramento (ver la nota en Génesis 24:2 ), todo apuntaba significativamente a la promesa, y mostraba la intensidad de su deseo de disfrutar de sus bendiciones (cf. Números 10:29 ).

Verso 31. Israel se inclinó sobre la cabecera de la cama. Las camas orientales no tienen postes ni dosel, sino que son simplemente esteras extendidas en el suelo, o divanes levantados un poco de él. El significado es que, habiendo estado probablemente sentado en él, se volvió y se inclinó en actitud de reverencia devocional, con la cara hacia el lugar donde se solía poner la cabeza. [Según los puntos masoréticos actuales,  hamiTaah ( H4296 ) significa la cama ( Génesis 48:2 ; Génesis 49:33 ).

Pero el texto de los traductores de la Septuaginta parece haber dicho hamaTeeh ( H4294 ), el bastón.] Dado que no se dice que en este momento Jacob estaba enfermo, la última interpretación puede ser la verdadera; y el apóstol ( Hebreos 11:21 ) lo cita, porque la versión griega era entonces de uso común.

Pero tal vez pueda ir unida a la otra, ya que podemos suponer al patriarca sentado en su cama y apoyado en su bastón favorito. La fe del patriarca era un ejercicio mental, que no se veía afectado por la postura exterior.