Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios.

Porque les oyeron hablar en lenguas, y engrandecer a Dios. Las lenguas utilizadas en esta ocasión claramente no estaban destinadas a la predicación del Evangelio, sino simplemente como evidencia incontestable de que el Espíritu Santo reposaba sobre ellos. El "Por tanto" al comienzo del verso deja esto claro. Lo mismo ocurrió con las lenguas habladas el día de Pentecostés. Pero así como el milagro entonces no consistió únicamente en el uso de lenguas extranjeras, sino en proclamar en esas lenguas, desconocidas para ellos, "las maravillas de Dios"; aquí esta compañía de Cornelio es escuchada "enaltecendo a Dios" en idiomas extranjeros. No hay razón para que estos conversos gentiles, hablando como el Espíritu les daba expresión, no hayan enaltecido a Dios en similares cánticos de inspiración del Antiguo Testamento, como suponemos que probablemente hicieron los conversos judíos en el día de Pentecostés; en cuyo caso la compañía de Pedro que los escuchaba se maravillaría aún más.

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