Porque los moradores de Jerusalén y sus príncipes, por cuanto no le conocieron, ni aun las voces de los profetas que se leen cada día de reposo, las han cumplido al condenarle.

Porque los moradores de Jerusalén y sus príncipes, por cuanto no le conocieron, ni aun las voces de los profetas que se leen cada día de reposo, las han cumplido al condenarle. La estructura de esta oración es un poco oscura. Lo que nuestros traductores han traducido como "no le conocieron" [ touton ( G5126 )] parece claramente significar "no lo conocieron", es decir, "la palabra de esta salvación", de la que se habla en el versículo anterior.

En este caso el sentido será así: 'Porque los moradores de Jerusalén y sus gobernantes, ignorando esta [palabra], y las voces de los profetas que se leen cada día de reposo, [las] ​​han cumplido condenándole .' El apóstol habla aquí como si la culpa más inmediata de la muerte de Cristo recayera en los gobernantes y la gente de la metrópoli, a la que anhelaba con cariño que los que residían a una distancia tal como Antioquía no pusieran su sello.

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