Y no hagáis diferencia entre nosotros y ellos, purificando sus corazones por la fe.

Y no hagáis diferencia entre nosotros y ellos, purificando sus corazones por la fe. Mientras que los zelotes consideraban que "la incircuncisión de la carne" de esos gentiles convertidos los hacía "inmundos", Pedro dice que Dios, al "purificar sus corazones por la fe", había abolido esa distinción externa entre judíos y gentiles, haciéndolos ambos uno en Cristo.

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