Y se fue Ananías, y entró en la casa; y poniéndole las manos encima, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.

Y se fue Ananías, y entró en la casa; y poniendo las manos sobre él, dijo: Hermano Saulo. ¡Cuán hermosamente infantiles son la fe y la obediencia de Ananías aquí a la visión celestial! Ya no ve en Saulo al temido perseguidor: ahora es "el hermano Saulo", y su estilo de dirigirse es el de hermano a hermano en Jesús.

Me ha enviado el Señor, Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías. Este es el orden de las palabras tal como están en el original; y hubiera sido mejor retenerlo, como mostrando claramente que "el Señor" en toda esta transacción, como de hecho casi invariablemente a lo largo de este libro, faltó en su mayor parte también en las Epístolas, significa el Resucitado y glorificado, JESÚS, el Señor de la Iglesia, investido de todo poder en el cielo y en la tierra para su beneficio, y con ella todos los días, aun hasta el fin de la voluntad.

Tal conocimiento por parte de Ananías, de la aparición de Jesús a él en su camino a Damasco, convencería a Saulo de inmediato de que este era el hombre que Jesús ya le había preparado en visión para que esperara. Que los dos hombres eran completos extraños el uno para el otro hasta este momento es evidente en la faz de la narración; ¡y, sin embargo, los críticos racionalistas nos quieren hacer creer que eran conocidos íntimos!

Para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo. Ananías, se observará, no le dice a Saulo lo que el glorificado Redentor se había comunicado a sí mismo acerca de su futura carrera. 'No le correspondía a Saúl (dice bien Bengel) saber cuán grande era ya su cuenta'. Como el descenso real del Espíritu Santo sobre Saulo, a través de Ananías, y en cumplimiento del propósito expreso de esta visita dirigida por el cielo, no está registrado, no podemos estar seguros de si tuvo lugar antes o después de su bautismo. ni los expositores están de acuerdo en este punto.

Si bien generalmente siguió al bautismo, precedió al bautismo de Cornelio y su compañía. Pero lo que es de mucha más importancia para observar es que este don del Espíritu Santo vino a través de alguien que no era apóstol, ni (hasta donde se nos informa) que ocupaba ningún cargo oficial. Mirando, sin embargo, a, es probable que fuera un cristiano destacado en Damasco; y como probablemente todavía no se había formado allí ninguna iglesia organizada, probablemente tomó parte destacada en las reuniones privadas de los discípulos para "lectura, exhortación y oración".

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