En aquel tiempo habló Jehová por Isaías hijo de Amoz, diciendo: Ve, y quita el cilicio de tus lomos, y quítate el calzado de los pies. Y así lo hizo, andando desnudo y descalzo.

Habló el Señor por Isaías, literalmente, por mano de (cf.).

Suelta el cilicio: la prenda exterior suelta de tela de pelo oscuro y grueso que usan los dolientes, y por los profetas, ceñida a la cintura por un cinto.

Lo hizo caminando desnudo, mejor dicho, descubierto. Simplemente se quitó el cilicio exterior, conservando aún la túnica o chaleco interior: un emblema para mostrar que Egipto debe ser despojado de sus posesiones. El vestido mismo de Isaías era una exhortación silenciosa al arrepentimiento.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad